Nada más ver el corto, supe que tenía que ponerlo aquí. Esta historia nostálgica nos cuenta como un anciano, año tras año, ve inundar lentamente su casa, y de la misma manera, va construyendo, cubo a cubo, habitaciones más pequeñas. Para recuperar un objeto ha de adentrarse en los cubos, descendiendo por las escotillas que comunican una habitación con otra. Recorre así su vida en sentido inverso, lenta y dolorosamente, hasta que finalmente llega al fondo, al último y primer recuerdo.
Con este cuento, Kunio Kitano ganó el Oscar al mejor corto de animación en el 2007
La editorial Adriana Hidalgo transforma esta historia en un precioso libro, ilustrado con unas acuarelas sensacionales.
Todavía no lo he leído, ni visto y ya estoy llorando...
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